Yo siempre he sido un tipo gris, apático, predecible, inmutable, ni bueno ni malo, un figurante en el lugar de trabajo, una cabecita gacha en la multitud. Algún día moriré, en ese momento los cyborgs ya habrán dominando el mundo y se habrán hecho con el control de este blog (a saber que harán con el pobrecito). Mis familiares, que no saben ni cual es mi marca de chicles favorita, irán a visitar mi tumba y entonces, en ese momento, al mirar mi lápida dirán: "
Oh, qué equivocados estábamos con él, el chaval tenía vida interior, no era un vegetal conectado a un módem, mirad la pedazo de tumba de Hello Kitty que tiene, conocía mejor el significado de la vida que todos nosotros juntos, oremos por él" Y yo, extasiado en el éxtasis del paraíso donde me bebo whiskys con Jack Palance y le estiro de las barbas a Kubrick, reiré feliz al verme realizado y superior a los demás, feliz hasta ver como cada noche el gato del cementerio, con mirada lasciva, se acerca a mi lugar de reposo eterno e intenta fornicar, otra vez, con la puta tumba de la gatita Kitty... [
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Etiquetas: Japón Extraño
Esta entrada fue escrita el 04 enero 2007